Se cumplen estos días diez años de la campaña de bombardeos terroristas de la OTAN contra Yugoslavia denominada en clave "Angel Misericordioso"Foto: Una de las matanzas de civiles causadas por los aviones de la OTAN calificadas despectivamente como "daños colaterales" el 16 de abril de 1999 cuyo piloto actuó según el portavoz de Solana "de buena fe": Resultado 70 muertos
Esta campaña de bombardeos pretendía acabar con la soberanía serbia de Kosovo para entregarla al grupo terrorista UCK financiado por el tráfico de drogas y las potencias occidentales y permitir así que Estados Unidos pudiera tener control de la Europa oriental desde su base de Camp Bondsteel.
Milica Panic ha publicado en Semanario Serbio un excelente artículo sobre el aniversario de estos hechos que han pasado totalmente desapercibidos para aquellos que apenas cuatro años después clamaban en las calles europeas contra la guerra de Irak:
La población occidental celebró con una mezcla de júbilo e indiferencia los ataques contra objetivos civiles de Serbia. Oficialmente debían servir para garantizar un Kosovo "multiétnico" y "democrático" pero la realidad ha sido todo lo contrario: La provincia serbia es hoy un simulacro de estado gobernado por narcotraficantes y gangsters de todo pelaje donde la minoría serbia sobrevive en bantustanes aislados protegidos por las tropas de la OTAN, que cuando no miran hacia otro lado cuando hay progroms (como en 2004) buscan cualquier excusa para desertar del país y dejar a los serbios indefensos ante sus verdugos, mientras la población europea que tanto decía horrorizarse con el sufrimiento albanés en 1999 ve con desdén la destrucción generalizada de iglesias y del patrimonio cultural de la región a manos de los vencedores del conflictoEl General Michael Short hablaba abiertamente sobre sus intenciones de producir sufrimiento entre la población serbia. “La gente de Belgrado también tiene que sufrir”, fue el título de su entrevista en New York Times (14 de mayo de 1999). “No hay luz para vuestras neveras, no hay gas para vuestras cocinas, no podéis ir a trabajar porque el puente está derribado”[xvii]. Ese fue el verdadero programa del General de la OTAN- destruir las neveras serbias, destruir las cocinas serbias, cortar la luz y el agua a los serbios… Heroico, ¡no cabe duda!Short se podía permitir ser tan heladamente abierto solamente porque en los ojos del público occidental los serbios ya estaban tan demonizados que no se les consideraba seres humanos. Serbia ya estaba calumniada hasta tal punto que Wesley Clark y Michael Short podían destruirla a sus anchas, sin que nadie se lo reprochase. En ese triste negocio de azuzamiento tomaron parte casi todos los representantes de la élite occidental. Primero los políticos, como Clinton, creaban una imagen de Serbia como “el corazón de tinieblas europeas, la región de mezquitas bombardeadas, hombres y niños asesinados, jóvenes violadas, huellas de historia individual o colectiva, reescrita o borrada”[xviii]. El 19 de abril, el Departamento de Estado de EE.UU. dio una estimación oficial de 500.000 albaneses desaparecidos en Kosovo, “por los que se teme que hayan muerto”. Un mes más tarde, el Ministro de Defensa estadounidense, William Cohen, declaró a la cadena CBS que “desaparecieron” sobre 100.000 hombres aptos para el ejército, y que ¡“es posible que hayan sido asesinados”! Y el Secretario General de la OTAN, Javier Solana, dijo para BBC que en Kosovo “ya no se pueden ver hombres de entre 30 y 60 años. Eso será aclarado cuando entremos en Kosovo, y probablemente veremos hechos tan dramáticos que ni siquiera podemos imaginar”[xix]. ¡Qué mentiras más abiertas, desvergonzadas, repugnantes..!
Demonización de los serbios en los medios occidentales
Este es el Occidente que tenemos. Este es el Occidente que merecemos... Vae Victis!
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