Fue arrasada por la chusma durante los progroms antiserbios el 18 de marzo de 2004.
Entre el 17 y el 19 de marzo de 2004 los albaneses se entregaron a una verdadera bacanal de destrucción contra la población serbia durante la cual 19 personas fueron asesinadas, cerca de 4,000 fueron expulsadas a punta de pistola de sus viviendas que fueron robadas o demolidas y 35 monasterios y iglesias ortodoxos fueron incendiados.
La actitud de las tropas de la OTAN fue completamente pasiva, manteniéndose indiferentes ante la destrucción de numerosas iglesias, centros de culto e incluso cementerios, que constituyen un drama no sólo para la cultura serbia sino para la cultura de una Europa que se pretende civilizada
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