Kosovo es Serbia: España deserta de Kosovo

La ministra de defensa Carmen Chacón ha causado una sorpresa generalizada anunciando a las tropas de la misión española en Kosovo su decisión de abandonar la provincia y desentenderse unilateralmente de las obligaciones contraidas con los aliados pese a la posibilidad de que esta decisión cause graves problemas de seguridad y de convivencia entre la población civil
La medida es el último conejo de la chistera que se saca un Zapatero que está en caida libre en las encuestas para intentar por la vía del antiamericanismo gallináceo con esta huida obtener una minima rentabilidad electoral ante las próximas elecciones del 7 de junio.
Las torpes justificaciones de Chacón ante esta deserción, que dinamita otra vez el prestigio de España como aliado fiable ante nuestros aliados, no han podido ser más absurdas, al pretender que ya no tenía sentido nuestra presencia en Kosovo por el cambio -ilegal y unilateral- del status de la provincia serbia.
Chacón ignora deliberadamente que la misión occidental en Kosovo estaba justificada y motivada para mantener el orden entre las comunidades albanesa y serbia -de hecho para proteger la minoría serbia de los ataques de la albanesa- y apoyar la misión de la ONU (UNMIK) en la provincia, y no para ser un instrumento electoralista para dar votos a su gobierno
La incoherencia de Chacón se pone dolorosamente de manifiesto si tenemos en cuenta que hace sólo tres meses la ministra confirmaba la permanencia española en Kosovo para garantizar así la seguridad de las minorías étnicas como defiende la misión de la KFOR
La lamentable "Misión cumplida" anunciada por Carme Chacón para los soldados españoles confirma la voluntad del gobierno español de dejar abandonados a su suerte los pocos serbios que aún permanecen en la provincia, no más de 500, cuando en 1999 eran más de 7.000, dejando por tanto los españoles una provincia donde se ha logrado que el 93% de los serbios que vivían en ella en 1998 hayan acabado abandonándola. Una limpieza étnica en toda regla que explica más allá de toda duda y de toda justificación hipócrita cual era en realidad la "misión" ahora cumplida en Kosovo.